Diferente adentro, diferente afuera, Juan Román Riquelme siempre ha sido distinto dentro y fuera del rectángulo de juego. Dentro del campo ha sabido deleitarnos en todas las canchas en las que jugo. Con sus goles, sus gambetas, sus pisadas, sus caños, sus asistencias mágicas y también su liderazgo.
Afuera también ha sido diferente en su forma de actuar y en ser siempre Román, la persona que tiene sus códigos y sus amigos y por los que siempre actuó de manera coherente. Ha sabido no pagarle a una barra corrupta a cambio de aliento incondicional si no que se lo ha ganado (ese aliento) en base a sus condiciones dentro de la cancha y a ese afán de ganar y de hacer lo mejor posible por el club de la ribera. Le ha salido bien (muchas veces) y le ha salido mal en otras ocasiones pero siempre ha sido determinante y clave.
Riquelme ha sabido liderar equipos y ganar campeonatos locales, internacionales a nivel equipo y a nivel mundial. Un campeonato del mundo sub 20 y unos juegos olímpicos lo certifican y varios títulos con Boca Juniors también. Los admiradores del buen futbol siempre lo querremos en nuestro equipo y es por eso que Jorge Ameal, como autoridad máxima boquense, sabe que debe renovarle el contrato por su bien y por sobre todas las cosas por el bien de Boca Juniors. Su personalidad particular hace que algunos dirigentes duden de renovarle pero saben que el precio que hay que pagar es muy alto para con los socios y verdaderos hinchas. Román seguirá en Boca con su forma de ser y de jugar para alegría de deportesubjetivo y de los amantes del buen futbol.
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