martes, 5 de mayo de 2009

BOCA, ENTRE LA INDOLENCIA Y LA INCAPACIDAD

Boca está en caída libre y mientras la Copa Libertadores parece ya una utopía y el Clausura un infierno al que le quedan 7 capítulos, espera un milagro llamado Juan Román Riquelme.


El ex Villarreal y Barcelona no juega oficialmente desde el 9 de abril pasado en el 3 a 1 ante Guaraní y el equipo, que lo desprecia por sus actitudes adentro y afuera del campo, lo siente. Tras su lesión, Boca cayó ante Estudiantes, Rosario Central, Deportivo Cuenca y Banfield, mientras que apenas igualó ante River Plate y superó a Deportivo Táchira.
De todos modos, el problema de Boca no se limita a lo que acontece los domingos durante 90 minutos. Va más allá de eso. Hay un Presidente que reconoce no saber mucho de fútbol, un entrenador sin autocrítica ni capacidad, empecinado en destruir la mística de un equipo que no da indicios de recuperación y un Manager que falló mucho más de lo que acertó en estos 4 meses.

De momento, Carlos Bianchi no tuvo suerte en sus decisiones. A saber: tuvo una intervención tibia en el tema Mauricio Caranta que le terminará costando bastante dinero al club; con su clásica soberbia enojó a los directivos del Getafe, por lo que finalmente debió abonar lo que la entidad española pretendía desde el inicio de la negociación; y rechazó la intención de Carlos Ischia de incorporar jugadores (sobre todo mediocampistas). El pedido (casi un ruego) de avanzar las gestiones por Diego Castaño y Néstor Ortigoza no fue aceptado por el ex DT de Roma y Atlético de Madrid y ahora se hacen intentos desesperados por incorporar para la próxima etapa de la Copa Libertadores y se ruega por la evolución de Alvaro González.

¿Y en la cancha? Indolencia e incapacidad. Por un lado, jóvenes sin rebeldía ni fuego sagrado que dilapidan chances por doquier, que parecen conformarse con "estar" y no con "hacer historia". El veranito de los Viatri, Noir, Gaitán, García, Chavez, Roncaglia y compañía va perdiendo fuerza y en breve la mayoría de ellos serán negociados a ligas menores como México, Arabia Saudita, Grecia o Qatar (diferente es la situación de Forlín, Muñoz, Sauro y Mouche).

Y por el otro lado, "históricos" al borde del retiro sin capacidad de entender que sus mejores años ya pasaron y que rifan lo que supieron conseguir (Martín Palermo es la eterna excepción). El caso testigo es Abbondanzieri, que venía de cumplir una pésima temporada en Getafe. El Pato es una máquina de fallar: sin fuerza de piernas, lento para reaccionar e inseguro en los centros, su nivel no difiere demasiado del que supo llevar al exilio futbolístico a Javier García.

Una derrota llama a otra derrota, decía Carlos Bianchi, que por ahora prefiere mirar para otro lado y continuar con su amistad con Carlos Ischia antes que tomar decisiones de peso, para lo cual fue elegido a comienzos de este año.
(René Daulte)

2 comentarios:

Anónimo dijo...

nada que agregar es lo que ve un verdadero hincha de boca.....ni una frase mas ni una menos para describir el presente de la institucion.

(bad Lucky)

Anónimo dijo...

Ojala q San Roman, nos levante el nivel y nos de la chance de tambien, levantar la copa. Dejando mas claro q nunca, q los jugadores son los q dicen la ultima palabra. Pero si sucede, q las pinceladas del mejor interprete de Boca, no tapen la obra de tan mala calidad q nos regalo Ischia hasta el momento.

Cuba.