La temprana eliminación en la segunda fase de la Copa Santander Libertadores marcó el final del ciclo de Miguel Ángel Russo, que dejó el club con pena y sin gloria. Con él, seguramente se irán varios referentes como Agustín Orión, Adrián González, Diego Rivero y Andrés Silvera, sindicados por la gente como los grandes responsables de este fracaso, que comenzó a gestarse con la pérdida del Torneo Apertura 2008 a manos de Boca Juniors.
Tras el escándalo de Ezeiza y el repudio popular en el partido ante Vélez Sarsfield, la dirigencia decidió dar un golpe de efecto y fue por Diego Simeone. El “Cholo”, dolorido en su orgullo ganador por su dolorosa salida de River Plate, aceptó de inmediato, tras hablar telefónicamente con Marcelo Tinelli y reunirse con Rafael Savino.
Simeone llega a San Lorenzo casi sin quererlo. Su intención era volar a Europa para hacerse cargo del Atlético Madrid (eligió a Abel Resino para suceder a Javier Aguirre) o a Lazio, deseo que deberá esperar de momento.
Tras un comienzo a paso firme en Racing Club y obtener el Torneo Apertura 2006 con Estudiantes y el Torneo Clausura 2008 con River Plate, Simeone conoció la parte ingrata de la profesión en el segundo semestre del año pasado. El 0-1 ante Boca (perdió 3 de los 4 clásicos disputados), la eliminación ante Chivas de la Copa Sudamericana y las repetidas derrotas en el certamen local, lo llevaron a renunciar. Está claro: Simeone pasó a la historia como el entrenador que sacó último por primera vez en la historia a River Plate. Y quiere revancha. Hoy. Ya. Ahora.
Arriba a un club que en los últimos dos años apostó en grande desde lo económico pero que solamente celebró en el Clausura 2007. Pasaron Ramón Díaz y Miguel Ángel Russo, dos de los técnicos más costosos y laureados del país, y se incorporaron Andrés D’Alessandro, Diego Placente, Daniel Bilos, Juan Menseguez, Cristian Ledesma, Pablo Barrientos, Bernardo Romeo y Santiago Solari, entre otros valores. La intención de la dirigencia cuerva de convertirse en la tercera potencia del medio, detrás de los dos grandes colosos, no claudica y lejos de elegir un DT austero y de perfil bajo, fue por uno de los “desocupados” más seductores.
Simeone y San Lorenzo. Se encontraron en el camino casi por casualidad. Ambos van por revancha…
(René Daulte)
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